Revista 2010

Parte de nuestro ejercicio como Hijos del Sur es realizar permanentemente un ejercicio de reflexión crítica frente a nuestra realidad a la vez que profundizamos propuestas sociales que nos acerquen a los valores de justicia social, dignidad y solidaridad. Por tal motivo, En este momento estamos dando contenido a una revista de corte popular denominada “Hijos del Sur” trabajada mancomunadamente entre niños y adultos.

El tema sugerido como plataforma de las reflexiones que cohesionarán la línea editorial tiene que ver con la forma como se viene asumiendo el concepto de lo político en los países del sur y su aporte en la construcción de los movimientos sociales. Asimismo Hijos del Sur desea dar una línea coherente al ejemplar a elaborar vinculando experiencias vividas en otras latitudes, mediante la anterior contextualización cristalizada en la siguiente sugerente pregunta, marco de la reflexión: ¿Qué son, cómo se entienden los componentes político e ideológico en el movimiento social? Además, debido a la experiencia que Hijos del Sur ha desarrollado en la parte artística, otra pregunta que resulta pertinente es: ¿Cómo se expresa lo político en el desarrollo artístico?

Cartas desde el sur

Relato del terremoto en Chile


Lo prometido es deuda, aquí les doy algunas impresiones –muy personales pero justificadas- respecto a los hechos del 27 de febrero pasado.

Chile es un país sísmico, la juntura de placas tectónicas de Nazca y la Sudamericana del pacífico están presentes en nuestra historia con mucha profusión. De hecho el terremoto más grande fue en Valdivia (sur de Chile) en 1960, coincidiendo con el hecho que es terremoto más feroz del que se tenga conocimiento, por lo mismo, estamos semi acostumbrados a sentir remesones cada cierto tiempo; sin embargo, el terremoto del día sábado sin duda ha sido uno de características mucho más espantosas. Eran las 3:36 de la mañana, muchos estaban aun de vacaciones, otros en discotecas, muchos dormíamos a esa hora. Un ruido profundo nos despertó junto al primer remesón, en mi casa se cayeron los libros y el librero a la primera movida de la tierra, de ahí al dintel de la puerta con mi hija en brazos (por cierto con fiebre porque está enferma) hubo sólo un salto, la tierra se remecía con enorme fuerza, se cortó la luz, se empezaron a caer todo en la cocina y en la sala de estar, vasos, copas, platos, todo al suelo. Mi mamá nos abrazaba a Camila y a mí para protegernos y a la vez yo tapaba a mi hija con el cuerpo ya de rodillas. Luego nos fuimos a la casa de mis compadres a pasar la madrugada que estuvo llena de réplicas fuertísimas, no teníamos mucha idea de dónde había sido el epicentro ni tampoco la escala de la ferocidad con la que estábamos siendo atacados. Sin radio, sin luz, sin forma de comunicarnos, todo era un silencio que ensordecía a la vez que oíamos a los y las vecinas gritar desesperados ante cada remesón.

Al día siguiente supimos por radio –estuvimos sin luz hasta hoy en la madrugada- que el epicentro había sido en una playa cerca de Concepción en Cobquecura; Concepción ha sido siempre la segunda ciudad en importancia de Chile; históricamente ha sido la Frontera entre chilenos y Peñis y además, es la ciudad universitaria del sur del país. Ahí empezó el verdadero calvario por saber de nuestras familias (la mayoría de los chilenos tenemos familia en la VIII región). Si bien a mi casa no le sucedió nada estructural, sí en lo alrededores se cayeron añosas murallas y, temiendo que siguieran cayendo las que quedaban en pie y que son monumentos nacionales. De a poco fuimos sabiendo que el grado del sismo había sido de 8,8 en la escala Richter pero por el hecho de no tener imágenes no éramos capaces de ver claramente lo que significaba este terremoto, sólo esperábamos que nuestras familias estuvieran bien.

Los celulares se cortaron, no había forma de comunicarse y las noticias hablaban de saqueos en el sur de Chile. En la tarde conseguimos electricidad en la casa de un vecino, en donde nos fuimos algunas personas a ver qué estaba sucediendo, creo que en ese momento la palabra “catástrofe” como la tipificó el gobierno, quedaba corta, pues esto era un cataclismo, no menos que eso; más del 80% de Concepción estaba bajo las ruinas, lo mismo en Talca capital de la VII región. Supimos que luego del terremoto hubo también un tsunami en las playas de ambas regiones, tsunami que no fue advertido por las autoridades aun cuando inmediatamente después del terremoto, se avisó desde Estados Unidos de esta situación. El departamento de la ONEMI (organismo de emergencias de Chile) y el departamento de sismología no fueron capaces de enviar la alerta a la gente que en muchos casos estaban acampando en los sectores aledaños de las playas.

Nosotros pensábamos que la ayuda humanitaria y militar ya iba en camino, era lo lógico, así ocurrió cuando sucedió lo de Haití en enero pasado. Al día siguiente de esa catástrofe la “Fuerza Chile” que es un grupo de bomberos y militares especializados en rescate ya estaba en Puerto Príncipe, por lo mismo, pensamos que esto ocurriría con mucha más brevedad que 24 horas… recién hoy han salido con ayuda a Concepción. Hablan de saqueo en el sur, de vandalismo, pero ¿qué ha hecho el gobierno e estos días? Se han dedicado a estar en reuniones y más reuniones, pero no permiten que la situación se agilice. Hablé con un amigo el domingo que sus hermanos son marinos, están acuartelados esperando órdenes… órdenes que no llegan de ninguna parte. No sé si bandidaje sea el ir a buscar alimentos o agua pero tampoco tengo muy claro si sirve de algo tanta reunión aquí en la capital en donde si bien hemos tenido una catástrofe no se compara con lo sucedido en el sur. No digo que no exista ese pillaje, porque es cierto que lo hay, hubo muchos que se aprovecharon para llevarse televisores plasma, lavadoras, etc., pero también es cierto, que habían madres –como yo- que llevaban leche y comida para sus hijos, esa era la mayoría no lo que muestra la prensa morbosa que hablan de saqueos como si estuviéramos en un estado de barbarie.

Se ha impuesto un toque de queda en Concepción porque no dan abasto para sujetar a la población que o quiere alimentos y agua, o bien de verdad andan en hechos delictuales; han tenido que mandar milicos (recién ayer) siendo que con una organización mejor todo hubiera sido menos complicado… si se hubieran ido el sábado, no hubiéramos llegado a esto.

Estos días hemos estado durmiendo en las salas de estar, se han cerrado los bancos y algunas reparticiones públicas lo cual demuestra que estas ciudades están en un colapso total. Dicen que estamos saliendo de la crisis, pero aun habemos quienes no podemos comunicarnos con nuestra gente en el sur. Algunos de uds saben que yo soy profesora en Concepción, no he tenido noticias de mis alumnos, no sé nada de ellos lo que me tiene sumamente preocupada y angustiada. Se cayó un edificio en Concepción (el que han mostrado muchas veces por televisión) era nuevo, creo que 2 años de construcción, allí teníamos ganas de irnos a vivir con mi hija cuando emigráramos a sur. Yo soy creyente y en Dios confío que no me fui antes al sur, de lo contrario no sé qué hubiera sucedido. La semana pasada iba a viajar al sur justamente para ver los horarios de mis clases y no viajé por la enfermedad de mi hija que por cierto sigue mucho mejor a través de sus medicamentos… me salvé por un pelo como decimos aquí; sin embargo reitero que la incertidumbre de mi gente en Concepción, de no saber de mis amigos y mis alumnos es una situación que me mantiene a la expectativa respecto a lo que sucederá.

Hoy pasó por Chile la Sra Clinton, quizá por eso, para dar una muestra de país desarrollado es que se ha apurado el envío de provisiones y personal especializado en este caos. Somos sin duda un país exitista que no aceptó la ayuda en un primer momento pues “todo está bajo control” pero ¿qué control? Si no tenemos aun comunicaciones y la gente empieza a caer en desesperación. Ahora tendremos la posibilidad de asistir a la verdadera realidad chilena, en donde somos súper buenos para ayudar al extranjero pero para nosotros mismos no tenemos la misma solidaridad.

Dicen que son 700 muertos, miles de desaparecidos, 2 millones de damnificados, pero eso son cifras, pues aun no nos dan la información oficial ya que “no nos quieren asustar” ¡qué susto vamos a tener! Lo que queremos es una información de verdad que nos permita saber dónde están nuestros seres queridos. Satanizan a la población en la prensa pero nada se hace, es una impotencia horrible no poder hacer más cosas.

El aire está espeso, se respira el miedo a cada réplica del terremoto, envían militares 72 horas después, lo mismo con los insumos básicos…sabemos que no somos ese país exitoso que mostramos para afuera pero por favor! Tampoco somos animales a la espera de la miserable ayuda que nos están dando. No sólo queremos cifras, queremos que nos den noticias verídicas.

A cada uno de ustedes les agradezco su preocupación, su generosa solidaridad, su amable amistad para mi pueblo y mi familia. Afortunadamente no nos sucedió nada grave, sólo pérdidas materiales que finalmente nos dicen lo frágiles que somos ante la naturaleza; aquí es cuando uno piensa que en verdad da lo mismo lo ricos o pobres que seamos, da lo mismo tener un Tv plasma o uno sencillo pues todo quedó destruido. Yo no puedo moverme de Santiago pues soy consciente de mi labor de madre, pero estoy destruida por mi gente del sur; quisiera viajar pero no tenemos carretera para ello así que sólo hay que esperar, tal como lo hemos hecho estos días.

Por favor, la mayoría de ustedes son de fuera de Chile, no crean todo lo que dice la prensa, esto no ha sido un terremoto, esto ha sido un cataclismo; tampoco estamos en un estado de barbarie con miles de saqueos, estamos en estado de alerta frente a la falta de ayuda del gobierno; hay delincuencia como en todas partes en estos casos, pero el saqueo en definitiva se debe tomar con cierta cautela, no sólo es un tema de vándalos sino que también la hay de supervivencia.

Mil disculpas por lo inconexo de este correo, pero aun estoy aterrorizada (aun cuando no tengo miedo a los temblores), mi hija en este momento es mi prioridad y ella no se ha dado cuenta de nada, eso me tranquiliza, su salud sigue mejorando, y ni bien esté bien tendremos que tomar la decisión de viajar o no a Concepción, en tanto yo sigo a la espera de noticias de mis alumnos.

Un abrazo desde Santiago de Chile

Claudia V.